lunes, 20 de junio de 2011

Partida.

Cuando ella se fue yo siquiera pude darme cuenta de lo que aquello significaba por completo. Nos despedimos con tanta normalidad que no tuve ocasión de llorar.
Sé, perfectamente que quizá ahora sea demasiado tarde para comenzar, pero si hay algo que yo no sea capaz de controlar, justo ahora que pienso que es tarde para hacerlo, eso son mis lágrimas. Que no soy consciente siquiera de ellas o su dolor, simplemente insisten en salir.
Sé, perfectamente que es ahora demasiado tarde para comenzar; comenzar a sentirse miserable ha quedado en segundo plano. Pero la miseria decidió que no se detendría en aparecer.
Y cada vez que escucho su voz, los nervios invaden mi cuerpo, y una soledad avasalladora me inunda.
También sé, que aun cuando no es la persona más importante para mi, y que he vivido ya, tanto tiempo sin ella; aun así no soy capaz de volver a sentir la indiferencia que sentí alguna vez.
Porque es ahora, ya tarde quizá, que me voy dando cuenta lento, demasiado lento, que el no verle me ha destruido por dentro.
Que podría cambiar la mitad de mi vida haberle visto todo este tiempo aquí. Que ella significa en sí la mitad de la vida que me arrebató cuando se marchó. 
Y soy también, incapaz de culparle en ningún sentido. Que aun cuando siento esa mitad de vida que me quedó, restregarse miserable entre mis pies mientras camino ciega en su entorno, tratando de no pisarle y sin lograr herirnos más, no puedo decir que ya no le amo en absoluto y me he olvidado de ella. Porque las lágrimas son sabías cuando el corazón habla, y las palabras no pueden ser más falsas si uno se pone a llorar.
Y sí, mentir es para un profesional. Yo jamás lo fui. 
Si ahora, tarde ya, el corazón se me destroza, no quiero pensar más en las miserables posibilidades de su retorno. Tarde también se volvió el exigir aquella incongruencia; porque vienen a mi como si pidiera por ellas.
Cuando paré de llorar, aquel manantial que, silencioso se desató con su partida, habrá de estar seco en su totalidad. Entonces, sólo entonces me habré resignado. La razón será que estoy muerta.
Mientras tanto, seguiré llorando...

sábado, 11 de junio de 2011

A really important message/Un mensaje realmente importante


Es verdaderamente importante que este mensaje llegue a todas las personas que valoran su vida. A los jóvenes que se dejan llevar por la vanidad. A las personas que no hacen caso sobre las cosas que son serias.
Querido Yo a los dieciséis, quiero decirte que prestes atención antes de que sea demasiado tarde.